La guerra en las sombras by Mark Mazzetti

autor:Mark Mazzetti [Mazzetti, Mark]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2013-04-01T04:00:00+00:00

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El regreso del viejo

¿Te acuerdas de la primera norma de la jubilación, George? Nada de pluriempleo, no engañar con cabos sueltos. Y nada de empresas privadas, nunca.

John le Carré, La gente de Smiley

El general David McKiernan ya había tenido suficiente. Habían pasado meses desde que al máximo comandante en Afganistán le hablasen de un plan desarrollado por dos empresarios para transmitir informes regularmente desde una red de fuentes por todo el país, y a través de la frontera con Pakistán. McKiernan quería saber por qué el intento se había parado. Tenía la esperanza de que le proporcionaran información fiable sobre Pakistán, en contraste con los despachos de la CIA que sospechaba que los hacían espías pakistaníes. Imaginó que en algún lugar de la burocracia del Pentágono había gnomos sin rostro que retrasaban las cosas.

«¿A qué comunista tengo que matar para conseguir ese contrato?», gritó McKiernan a sus oficiales, después de enterarse de que los fondos para el programa de información aún no se había aprobado.[242]

Sentado junto al general McKiernan ese día de otoño de 2008 estaba Michael Furlong, que había estado yendo y viniendo entre Kabul y San Antonio con la esperanza de iniciar una serie de proyectos de operaciones de información para los generales destinados en Afganistán (desde cartografiar la estructura tribal en el sur a realizar encuestas sobre las actitudes de los afganos hacia los militares estadounidenses). La guerra iba de mal en peor. Los talibanes habían recuperado grandes franjas de territorio en las regiones orientales y meridionales del país, asesinado a funcionarios gubernamentales afganos y establecido un gobierno en la sombra en las provincias de Kandahar y Helmand. Los acuerdos de paz de 2006 en Waziristán del Norte y del Sur habían permitido a los talibanes y a la red Haqqani florecer y aumentar sus ataques desde pueblos pakistaníes contra puestos de avanzada estadounidenses en Afganistán. A finales de junio de 2008, el mes en que McKiernan había tomado el mando, habían muerto más soldados de Estados Unidos que durante cualquier otro mes desde que empezara la guerra en 2001.[243]

Cuando McKiernan llegó a Kabul, se convenció inmediatamente de que no tenía suficientes tropas. La guerra en Irak seguía siendo la principal prioridad de la administración Bush, asegurando que el descuidado conflicto en Afganistán seguía siendo lo que el Pentágono llamaba eufemísticamente una «operación de economía de fuerza». El predecesor de McKiernan, el general Dan McNeill, había formulado una crítica hiriente sobre la estrategia de guerra al salir del país, diciendo que los comandantes americanos necesitaban más tropas terrestres, helicópteros y unidades de inteligencia. Durante una sesión de control del Congreso, el almirante Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto dijo: «En Afganistán hacemos lo que podemos. En Irak hacemos lo que debemos».

El general McNeill también había acusado al gobierno de Pakistán de no hacer lo suficiente para cortar de raíz el flujo de combatientes que cruzaban la frontera para entrar en Afganistán. En efecto, Pakistán se había convertido en el blanco favorito de los generales estadounidenses que se quejaban del aumento de violencia en el país.

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